Estaba dispuesta a hacer un post de looks pero al hacer una pausa me metí al Facebook y encontré una foto de mi hermano Octavio. No les miento, se me paralizó el corazón, fueron segundos que me quedé sin aliento. Como si estuviera retrocediendo años luz a momentos determinados con él. Lo oía hablar, reírse, pelearse. Me di cuenta lo mucho que lo echo de menos. Que echo de menos a mis queridos hermanos: Tamia, José María y Octavio (en orden de llegada al mundo). Si, ya sé que no nos parecemos en nada, bueno creo que yo me parezco a José María o eso dicen, pero nos adoramos.
Estar tan lejos de ellos me aterra, ver nuestras fotos de peques, de adolescentes y ahora de mayores. Hemos cambiado físicamente, si, pero por dentro seguimos siendo los mismos. Cuando los veo me veo reflejada como una niña, como si tuviéramos 5 años, ¡es una pasada! Hemos vivido muchas cosas juntos, somos unos luchadores natos y los admiro por eso. Me aterra nos tenerlos cerca, verlos envejecer, celebrar sus triunfos y consolar sus derrotas… Sé que todavía nos queda mucho y que están bien. Eso me consuela.
Este post va dedicado a ellos, a mis tres adorados hermanos. Porque los amo y los llevo conmigo a donde quiera que voy.
M.
OCTAVIO:
TAMIA:
JOSE MARIA:
RANDOM:
«El tiempo es pasado, presente y futuro que se recicla en cada instante para ser vivido y revivido»